El sorprendente mundo de Sandro...

El sorprendente mundo de Sandro...

10 de octubre de 2011

Relatos de Sandro


ME ACUERDO DEL CARNAVAL DEL 55, EN EL CLUB SPORTIVO ALSINA

Fue mi primer baile. Siempre parecí más grande, pero tenía nada más que 10 años. Me puse el "uniforme": pantalón de tafeta negra, remerita verde, pañuelito gatito al cuello, zapatillas de básquet. En ese año Bill Halley cambiaba la música llegando a los primeros puestos de venta en todo el mundo con su Rock Alrededor del Reloj. Y no sólo cambió la música: nos cambió la cabeza. En ese año tuve un desarrollo físico demasiado apresurado, prematuro, que le dicen. Parecía un elefante. Ya no podía juntarme con los de mi edad. Muchas veces me decían: "¿Qué hacés jugando con los más chicos?, ¿por qué no te juntás con los grandotes como vos?". Y así fue que anduve medio paria durante algún tiempo. Hasta ese carnaval. Es bueno decir que mi barrio tenía y tiene, una de las colectividades armenias más grandes del país, por lo tanto, había mucha pibada de esa colectividad, y entre ellas estaba la Guille, que era la hermanita de uno de mis compañeros del colegio. Me paré en el medio de la pista con todos los muchachos, como se usaba entonces, la cabeceé tal como se acostumbraba y salimos a bailar un furibundo rock and roll: Hasta Luego Cocodrilo. Yo creo que las patitas no se me veían en el piso. Entre la música y los nervios, me sentía en el aire. Bailamos juntos toda esa primera noche del carnaval del 55...
En frente del club estaba el Bar Pancho, al cual me animé a entrar en la segunda noche de carnaval porque veía que muchos chicos de mi tamaño, no digo de mi edad, iban después de la milonga. A la tarde siguiente comencé a merodear por el bar. Me jugué: tomé coraje y entré. Había una barrita jugando al metegol, que no me dio bola. Había un muchachote de la vuelta de mi casa que me conocía. Me miró y siguió en lo suyo. Me senté, y apareció el mozo en mangas de camisa, que me preguntó: "¿Qué va a tomar?". Por primera vez, yo sentía que me trataban como a un grande. Pedí una gaseosa. Desde ese día comencé a ir todas las tardes después del colegio, y alternaba con el club, donde aprendí a jugar al básquet y al villar; como dice el tango: aprendí todo lo bueno, aprendí todo lo malo. Lo malo mejor olvidarlo. Lo bueno: los códigos de la amistad, jugárselas por un miembro de la barra, no meterse con una piba a la cual ya le había echado el ojo algún amigo, aunque estuvieras locamente enamorado. Y las mil y una atorrantadas, como aquella del teléfono.
Sandro, ya grande, en el viejo Bar Pancho

La cosa era así: se elegía un número al azar, porque en aquel tiempo había muy pocos teléfonos en Buenos Aires. Se escribía en la pared donde estaba el teléfono del bar, y se comenzaba a llamar a ese número a eso de las tres de la tarde: "Hola, ¿por favor me da con Ramón?" Y del otro lado: "Perdón señor, ¿con qué número quiere hablar?", "Con el 543627", por ejemplo. "Mire, el número está bien, pero aquí no vive ningún Ramón". "Bueno, disculpe la molestia". Como a la media hora, iba otro al teléfono y otra vez. "Uy, disculpe". A la media hora otra vez, pero otro atorrante. Y así, a medida que pasaban las horas las llamadas iban aumentando cada vez más y más. Y la pobre gente que estaba del otro lado, cuando escuchaban el teléfono levantaban el tubo y seguro decían: "Acá no vive ningún Ramón", sin decir siquiera "Hola, ¿quién habla?". Cuando el tipo ya lo teníamos recaliente, otro iba, llamaba y decía: "Hola, habla Ramón, ¿hubo alguna llamada para mí?".
Ese tipo de gastadas eran comunes, una infantilidad total. Parece mentira que en tan poco tiempo, en algunos años, ya estaba grabando para un sello importante. Seguía siendo un nene... pero me creía la del artista. Es que si no te la creés en serio, no llegás ni a la esquina de tu casa.


Fuente: Libro "Sandro, el fuego eterno".





2 comentarios:

Anónimo dijo...

��Hola querida Alicia!! Emociona tanto conocer detalles de la vida de nuestro amado GITANO. Que la imaginacion vuela y parece que lo veo ahy, en esos lugares que nos describe y que tan amablemente t� acompa�as con las fotos. ����INOLVIDABLE SANDRO!!!! Gracias amiga, te saluda tu amiga Susy Barrera-nenamexicana1, esperando que salga mi comentario.

Alicia dijo...

Hola Susy! Qué agradable sorpresa volver a leer tus comentarios aquí. Evidentemente era un problema de Blogger... bueno, eso es bastante común, pero por suerte se solucionó y otra vez todos los lectores pueden disfrutar de las hermosas opiniones que dejan.

A mí también me hacen llorar las cosas que él mismo nos contaba. Siempre logra arrancarme lágrimas cargadas de emoción. No caben dudas de que supo llegar a lo más profundo de los corazones de quienes lo queremos y admiramos.

Un abrazo mexicano amiga!!

Publicar un comentario

¡¡Bienvenidos al Blog!! Deja aquí tus buenos comentarios para su alma. Sandro te lo agradecerá desde el cielo. Muchas gracias.