El sorprendente mundo de Sandro...

El sorprendente mundo de Sandro...

16 de julio de 2011

Entrevistas y Notas


SANDRO, UN ARTISTA DISTINTO


Sandro podría tacharse de lacónico en sus respuestas. Y eso sin fijarse que,  con esos ojos profundos y de mirada indescifrable, se la pasa  observando, con una expresión de filósofo, (o de Mona Lisa), todo lo que le rodea  y lo que hacen los que le rodean.

Se arrellanó cómodamente en un sillón. Y empezaron las preguntas:

- ¿Cómo has evolucionado en el tiempo que tienes cantando?
-Mi evolución -dice sin abandonar su expresión-, ha sido la lógica, no es lo mismo
 tener un año haciendo una cosa, que tener diez.

- ¿Te consideras un tipo “sexy”?
-Yo creo –responde sonriente- que soy un tipo nada más. Los adjetivos se los dejo
 al público.

- ¿Y qué hay de tus movimientos, los que haces cuando cantas?
-Bueno, mira, es que todo forma parte de una cosa que se llama show.

- ¿No han tenido consecuencias las manifestaciones de tus admiradoras?
     Se ríe. Luego contesta:
-A veces hay un poco de desborde en algunas manifestaciones… pero siempre
 son bienintencionadas.

- ¿A qué atribuyes tu éxito?
-Al público.

- ¿Entonces no pones nada de tu parte?
-Bueno  -dijo- yo pongo mi sinceridad.

- ¿Piensas casarte?, le preguntamos.
    Nos observa. Enciende un cigarro. Vuelve a mirarnos y, con su sonrisa   
    de siempre, dice:
-Algún día pienso casarme… algún día… me gusta mucho la libertad.

Sandro toca los polos opuestos en sus canciones: el romanticismo y una especie de violencia, y dice:
-Los dos tipos de canción me gustan; las dos son parte de la vida… La vida es
 muy difícil de explicar,  y siempre acaba en muerte. Por eso hay que vivirla
 intensamente.

- ¿Qué te hubiera gustado ser si no hubieras sido Sandro el cantante?, le  
     preguntamos.
-Pues…  si no hubiera sido Sandro el cantante, me hubiera gustado ser Sandro el 
 cantante.

- ¿Cómo comenzaste a cantar?
-Con audacia, con mucha audacia –responde-.

Sandro dice que la música y la canción no tienen pasaporte. Sigue lacónico. Le preguntamos si es de pocas palabras, y responde:
-Soy sintético. Prefiero pensar o escuchar, antes que hablar.

Los ademanes que hace al cantar son espontáneos, y explica:
- La música hace sentir determinadas cosas, que se exteriorizan al interpretarla.

Acerca de las flores, siempre rojas,  que le lanzan, dice:
-Bueno… costumbres, eso debe ser. En Puerto Rico, por ejemplo, avientan
 dulces.

- ¿Cómo es Sandro afuera del escenario?
-Afuera del escenario, soy una persona calmada. ¿O cómo me ves tú? La furia es
 para el escenario. Además me gusta mucho la paz del hogar. Creo que los
 solteros son los únicos que verdaderamente tienen paz en el hogar. 

- ¿Te consideras un ídolo?
     Vuelve a mirarnos con su sonrisa. Luego con cara de travesura, 
     pregunta:
-¿Qué es eso? Yo no soy ídolo, soy un cantante; y qué bueno que haya gente que
    me quiera escuchar. No he sido más que un simple obrero de la música.

Le preguntamos si pensaba dedicarse a otra cosa cuando fuera viejo. Contestó sin dejar de reírse:
-Cuando sea viejito, te digo.

- ¿Cuál es tu tipo de mujer ideal?
-Ninguno, porque la mujer no es un auto, ni un objeto. Es un ser. Hay que
 descubrirla, cada una tiene algo especial.

- ¿Es cierto que eres tímido?
-Bueno… yo antes era muy tímido, pero quizá se me quitó por mi profesión.

Finalmente, a guisa de broma, le preguntamos qué pregunta no le habían hecho. Ya casi en la puerta de su habitación, antes de despedirnos, nos dice:
-Imagínate,  en diez años, la cantidad de preguntas que me pueden haber hecho.

Otra broma. A Sandro le gusta bromear aparentando seriedad. Luego tras un “chao”, salimos…


Colaboración: Pili, una nena más. México